Con el verano y las altas temperaturas, ya se sabe que nuestros coches pueden llegar a convertirse en auténticos abrasaderos. ¿Cómo podemos proteger a nuestro vehículo del calor? ¿Cómo afecta esto a mi motor? ¡Sigue leyendo para averiguarlo!
En época de vacaciones de verano solemos darle a nuestro coche más uso. Apetece salir y lo hacemos más a menudo, recorremos distancias más largas, buscando piscinas, playas, segundas residencias (los que tienen), etc. ¿Quién no se ha cogido el coche aún para ir a aliviarse del calor al mar? Y ya más difícil aún, ¿quién ha conseguido una sombra debajo de un pino? Pocos son los afortunados aunque todos los intentamos.
Elementos de tu coche que sufren al calor del verano
- Los neumáticos que ruedan sobre un asfalto que “arde” suele tener un desgaste prematuro y mucho más acelerado debido a las altas temperaturas. El asfalto puede llegar a los 70º C de calor y es por esto que es muy importante revisar la banda de rodadura. Además, no olvides revisar la presión de los neumáticos.
- El sistema de refrigeración es otro elemento que se ve afectado por el calor. Para evitar un calentón de motor, haz una revisión para descartar posibles fugas y comprueba que la temperatura que marca el reloj del cuadro es real. El líquido refrigerante es el encargado de que el motor no se caliente en exceso cuando está en marcha. La falta de éste en el vehículo, sumado al calor del sol directo, puede darte un susto importante o provocar una avería grave. Así que no lo demores y aprovecha para revisar el resto de líquidos, por si en algún caso la evaporación les haya podido afectar.
- En el caso de la batería y los manguitos, a causa de las altas temperaturas y el calor su rendimiento también es peor.
- La potencia también se ve afectada por el calor. El rendimiento del motor puede perder hasta un 15 % de su potencia. El motor necesita más aire para funcionar y, cuanto más calor, el aire tiene menos proporción de oxígeno y la mezcla no se quema con tanta facilidad. Esto se aprecia sobre todo en los motores turbo o con compresor de aire -sobre todo si no llevan intercooler-, pues pierden hasta 15 CV. ¿El motivo? Que estos motores necesitan más aire para funcionar, de forma que la falta de oxígeno también les afecta más.
- Ligado con el punto anterior, nos encontramos con que el calor provoca un aumento del consumo de gasolina o diésel en una media de un litro cada 100 kilómetros. Este aspecto se podría combatir realizando una reprogramación de centralita ECO (objetivo disminuir el consumo). La reducción de consumo siempre va a depender de muchos factores (motor que porte el coche, peso, tipo de vías que habitúe, etc).
- Los frenos también se ven perjudicados por las altas temperaturas. Un coche con exceso de temperatura frena peor, el líquido de frenos dura menos y los discos pueden llegar a deformarse en casos extremos. Ayuda al mantenimiento del coche usando marchas cortas para disminuir la velocidad del vehículo y evitar el uso de los frenos en descensos prolongados de carreteras y autovías.
Recomendaciones
Por si no lo sabías, bajo el sol, ¡tu vehículo alcanzará por lo menos 40ºC de calor! Sería básicamente casi como entrar a hacerse un baño turco después de un día de sol y playa, ¿te apetece? Aunque la mayoría seguro que ya seguís estas recomendaciones, os las vamos a recordar:
- Utiliza parasol, ayudará a reducir la temperatura del asiento y del volante.
- Antes de subir al coche, abre las ventanillas y las puertas para que se ventile.
- Enciende el aire acondicionado y deja que el coche se refrigere bien, antes de subirte.
- Y si puedes elegir, siempre elige sombra. Tu coche te lo agradecerá.
